Club de Lectura de Novela Negra del IES Mirasierra

martes, 7 de octubre de 2025

PRÓXIMA PARADA: CANILLEJAS

    En nuestra próxima cita del club, el 6 de novimebre, en principio, y como siempre, a las 19,30 regresamos literariamente a Madrid. Dejamos las costas de California y el surf para darnos una vuelta por el barrio madrileño de Canillejas, su historia y gentes desde los años 80 hasta nuestros días, y recalando de paso también por la historia de nuestro sistema penitenciario. Un viaje por los bajos fondos protagonizado por seres sin esperanza que luchan por sobrevivir en esa vorágine.

    La novela que nos va a guiar por este recorrido, es Después de la derrota, de Paco Gómez Escreibano, que ha resultado finalista en la última edición del último premio Hammett de la Semana Negra de Gijón. Y qué mejor guía que el propio autor, pues tenemos la suerte de que nos acompañará, salvo inconvenientes de última hora, en nuestra próxima sesión.


    Así que buena lectura y nos vemos el 6 de noviembre.

PROTAGONISTA INDIVIDUAL FRENTE A PROTAGONISTA GRUPAL

En la última sesión del club se suscitó un tema que parece recurrente en las últimas tendencias de las novelas negras y policíacas: la mayor importancia del grupo frente al individuo. La figura de Reneé Ballard en la sección que capitanea, la Unidad de Casos Abiertos del Departamento de Policía de Los Ángeles, nos llevó a reflexionar sobre esa presencia cada vez más abundante de novelas con grupos como protagonistas, quizás más apegadas a la realidad de los métodos de investigación actuales. La resolución de los casos ya no son solo fruto de la perspicacia, perseverancia o suerte de un detective o policía, sino que en muchos casos se debe a la labor conjunta de un grupo, en el que cada uno aporta su granito de arena. Son bastantes las novelas donde el protagonismo no recae en un único personaje, sino en la labor conjunta de un equipo que lleva a la detención de los villanos de turno. Es cierto, que suele haber un personaje que sobresale por encima del resto, pero es el trabajo del equipo el que consigue el éxito final. Baste ver las novelas protagonizadas por Rubén Bevilacqua, para comprobar cómo en las novelas el binomio Bevilacqua/Chamorro, eje de casi todas las novelas de la serie, deja un mayor protagonismo al equipo que rastrea en las bases de datos, en las cuentas, todas las variables que pueden ir cercando al culpable. Lorenzo Silva homenajea, de esta manera, al esfuerzo de un cuerpo, la Guardia Civil, que se coordina para llevar a buen puerto la nave de la investigación.

    Y es que parece que en los últimos años las novelas y series de equipo van encontrando su hueco junto a los detectives solitarios y atormentados, aunque en los grupos siempre destaque un protagonista peculiar que sobresale del grupo que suele capitanear. 

    El protagonismo coral ha sido muy habitual en la cultura popular, sobre todo en la televisión y en el cine (y, de otra manera, en cómics de súper héroes o en los trinomios del Capitán Trueno o el Jabato). Los protagonistas corales ya aparecían en los años 50 en los seriales televisivos y siguen estando de moda en la actualidad. Desde Los Intocables, con Eliot Ness a la cabeza, en guerra contra el hampa (sin olvidar la película de Brian de Palma de los años 80), pasando por los equipos de Misión imposible (más en la senda del espionaje, ese subgénero del género negro que tantos frutos ha dado), hasta llegar a series como The wire o franquicias como CSI o Mentes criminales. En el cine, la presencia de grupos no ha sido tan habitual en el género policíaco; sí, sin embargo, en las de aventuras o de carácter bélico, desde Los 7 samuráis a Doce del patíbulo, por poner unos ejemplos al buen tuntún, los grupos han sido más habituales. Sin embargo, en la literatura no es algo frecuente: el esquema del investigador solo o con escudero, se repite desde el Auguste Dupin, de Poe, o el Sherlock Holmes con el doctor Watson, respectivamente, hasta la actualidad. en este sentido, el esquema del dúo, presente en la narrativa desde el Quijote, es un esquema muy repetido en el cine: el de las buddy movies

    A continuación, indicamos algunos títulos o sagas, en las que el individuo es un solista dentro de un grupo coral en el que se integra y que parece que se va normalizando en la actualidad. Son solo una muestra, pues hay bastantes más.

    Por ejemplo, ya en los años 50, las novelas de Ed McBain del Distrito 87 eran un intento de mostrar la vida en una comisaría y los casos que les llegaban. 

  El danés Jussi Adler Olsen creó en 2007 el Departamento Q, que ha aparecido en 10 novelas, capitaneado por el atormentado e inteligentísimo Carl Morck. Este año se ha estrenado una serie británica que adapta las novelas en Escocia muy, pero que muy, recomandable.



    En la línea de Adler Olsen estaría el Departamento de Casos Abiertos, encabezado por Reneé Ballard y que tiene un protagonismo destacado en La espera, la novela que hemos leído en nuestro club del maestro Michael Connelly.

    En nuestras fronteras, aparte del protagonismo mayor del grupo en las novelas de Lorenzo Silva, tenemos ejemplos destacados como la Brigada de Análisis de Casos, encabezada por la torturada Elena Blanco, creados por el tándem de Carmen Mola. En una línea similar se sitúa la trilogía de Susana Martín Gijón protagonizadas por Camino Vargas, o la de trilogía protagonizada por Indira Ramos, de Santiago Díaz, aunque en estos casos, la personalidad de las protagonista eclipsa al resto del equipo. Por el contrario, el año pasado, el periodista Manuel Marlasca publicó Tú bailas y yo disparo, protagonizada por los integrantes del Grupo X de la Polcía Judicial del Madrid, y aunque Jaime, 'Jimmy', Valle tenga un mayor protagonismo, destaca sobre todo la labor coral que la individual.



    Como caso curioso, hasta podríamos incluir la familia del forense Lucio Garza formada por el matrimonio, sus siete hijos (todos con nombres relacionados con la literatura y el misterio), y el novio, policía de la hija mayor. En las dos novelas de Javier Holgado y Susana López Rubio en las que aparece la familia, los distintos miembros de ella contribuyen de alguna manera a la resolución de los casos, aunque siempre desde un punto de vista más cercano y costumbrista, aunque no se escatimen momentos de tensión y dureza, sobre todo en puesta en escena los crímenes o sus resultados, analizados por el forense (El caso de la tursita que murió dos veces).

    Fuera de nuestras fronteras, no podemos olvidar a los abueletes del Club del crimen de los jueves, de Richard Osman, o a los Cinco de Monteverde, de François Morlupi, del que se acaba de editar hace pocos meses la primera novela en España (Fórmulas mortales), aunque en Italia ya vayan cinco títulos.



    Para ir acabando, en las novelas de Rocco Schiavone, de Antonio Manzini, los personajes secundarios que le acompañan en la comisaría de Aosta, van adquiriendo más personalidad y protagonismo, aunque dentro de unas líneas más costumbristas y cotidianas, más que policíacas.

    Com apunte final, la novela última de Paco Gómez Escribano (Fondo buitre) promete la unión de varios personajes de otros títulos suyos: un festín para sus lectores habituales, que retomarán una vieja amistad  con ellos de títulos anteriores. Por cierto, 5 jotas, era una novela grupal de delincuentes que perpetran un robo de jamones en una nave industrial (casi como un recuerdo de aquellos desastrosos secuentradores de Las reglas del juego, novela de Carlos Péres Merinero, uno de los maldtios de nuestra novela negra de los años 80). 

... Y TERMINA 2025